Buscar este blog

martes, 2 de noviembre de 2010

02/11: BIOCOMBUSTIBLES EN EL PERÚ.

Biocombustibles: ¿un paso atrás? (*)

En el mundo, el 60% del petróleo se consume en transporte. No siempre fue así; en la Exposición Universal de París del 1900, Rudolf Diesel presentó su motor utilizando como combustible aceite vegetal de maní. En 1925, Henry Ford expresaba que "En cada trozo de materia vegetal que pueda ser fermentado hay combustible". Los biocombustibles estuvieron desde un inicio en los automotores.

La volatilidad de los precios del petróleo es un problema mayor en el mundo. ¿Cómo atenuar el riesgo y su efecto? En principio, mediante: (i) el uso eficiente de la energía; y (ii) la reducción de la dependencia, promoviendo el desarrollo de fuentes alternativas que, al costo de pagar hoy precios algo mayores, van creando una barrera protectora contra alzas bruscas y precios mayores en el futuro. Es lo que hace Europa con las energías solar, eólica y los biocombustibles. Es lo que hace el Perú con la Ley 28054 y con el DL1002.

La Ley 28054, de Promoción del Mercado de Biocombustibles, promulgada en el 2003, condujo a que desde inicios del 2009, en vez de diesel 2 empleemos obligatoriamente biodiesel B2 (diesel con 2% de biodiesel). Análogamente, desde inicios del 2010 se introdujo el gasohol, mezcla de gasolina con 7.8% en volumen de etanol; este último es un biocombustible que sustituye una fracción de la gasolina y obra también como aditivo no pernicioso.

El DL 1002, emitido en el 2008 vuelve obligatorio al uso de los "Recursos Energéticos Renovables" (RER) en la generación eléctrica nacional, asegurándoles la rentabilidad a través del pago de una prima que es un recargo a la tarifa eléctrica. Las primeras concesiones RER se otorgaron en subasta realizada el 12 de febrero del 2010.

Las fuentes naturales de energía son abundantes: solo la energía solar irradiada sobre la Tierra equivale a 10 mil veces lo que necesita la actual civilización humana. Pero los costos de las energías alternas están todavía por encima de lo que cuesta producir lo mismo con combustibles fósiles.

Crisis de energía no implica carencia de fuentes naturales o inexistencia de tecnología. Implica: (i) carencia de infraestructura física capaz de aprovechar otras fuentes de energía; (ii) solución lenta (2 a 7 años) ("la energía más cara es la que no se tiene cuando se necesita") e (iii) incremento de precios como parte de la solución.

Cuando las fuentes alternativas comienzan a desarrollarse, el petróleo reduce sus precios por debajo del costo de producción de sus competidores y los quiebra. La única forma de sostener una fuente alternativa es asegurarle una cuota de consumo y un precio que la proteja y le permita nacer.

Según su propio enunciado, la Ley 28054 persiguió diversificar el mercado de combustibles. Se requirió establecer especificaciones técnicas para los biocombustibles a emplear mezclados con las gasolinas y el diesel. Los plazos establecidos para inicio del uso de los biocombustibles se han cumplido cabalmente en el caso del biodiesel a nivel nacional y del gasohol en el norte del país, donde 967 estaciones dispensan gasohol, sin problemas técnicos.

A inicios de octubre, correspondía utilizar el gasohol en Lima y Callao. Cuando ya se había entregado etanol a las empresas distribuidoras de gasolina y todo estaba dispuesto para iniciar el nuevo suministro, a menos de tres días del inicio, se expidió el DS 061-2010-EM, postergando el inicio hasta el 1 de junio del 2011… ¿después de las elecciones presidenciales?, argumentando falta de capacidad de supervisión e insuficiencia de producción nacional de alcohol.

Lo primero suena pueril. Lo segundo ha sido rebatido por los proveedores del etanol. Entonces, existe una razón oculta… ¿Es temor a un incremento de precios de combustibles, por pequeño que sea, que se prefiere desplazar hasta mejor ocasión? Sería entendible, pero antes hay que responderse: ¿A qué costo?; y ¿qué hacer con el alcohol producido ya mezclado con gasolina? ¿Existen capacidad física o capital de trabajo suficientes para almacenar una producción de ocho meses? ¿Y el costo financiero? ¿Qué queda? ¿Exportar la producción a bajo precio, asumiendo el costo del flete? Cualquier esquema de postergación acarrea pérdidas inevitables y significativas en el momento crucial de inicio de operaciones. Deja el sabor a que lo político ciegamente atropella a lo técnico. La inestabilidad en las reglas acrecienta el riesgo para quien invierte y el precio que paga el consumidor.

(*):Carlos Herrera Descalzi.Ex ministro de Energía y Minas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por tu participación. Bienvenido!!!