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lunes, 13 de diciembre de 2010

13/12: LIMA: LA CÁMARA DE COMERCIO FRENTE A LA GUERRA DE DIVISAS.

La guerra de las divisas: ¿qué con el nuevo sol?


César Peñaranda Castañeda (*)


Por la crisis económica-financiera internacional y recientemente por el anuncio de la Reserva Federal de EE.UU. de inyectar una significativa cantidad de dólares al mercado (US$ 600,000 MM), se ha generado mayor preocupación por parte de distintos países en cuanto a la apreciación que están enfrentando de sus monedas, entre ellos el Perú, dado el efecto negativo que puede tener sobre su competitividad tanto en el mercado interno como externo. Esto ha determinado diversas reacciones en los países para evitarlo, calificado como "la guerra de las divisas", las que pueden profundizarse y extenderse.

Cabe mencionar que la tendencia al alza del nuevo sol (NS) se ha venido registrando antes de la crisis, como resultado tanto del debilitamiento del dólar como por los logros económicos alcanzados, reflejados en la estabilidad macroeconómica y la dinámica de crecimiento. Esto generó, entre otros efectos, un ingreso significativo de dólares, vía inversión extranjera directa (de US$ 810 MM el 2000 se pasó a casi 7,000 el 2008), exportaciones (de US$ 6,955 MM el 2000 a 31,529 el 2008) y remesas (de US$ 718 MM el 2000 a 2,444 el 2008), a lo cual debe adicionarse los capitales de corto plazo (volátiles, especulativos) y alrededor de US$ 2,000 MM anuales por cultivo ilegal de coca. Es decir, una oferta de dólares muy por encima de su demanda. Las preguntas son: ¿cómo actuar?, ¿qué acciones de política económica ejecutar para evitar una apreciación nociva?

Para entender el problema y, más relevante aún, para precisar cómo manejarlo, es conveniente aclarar conceptos. Aun cuando no es en sí mismo un instrumento de política económica, la variable relevante en materia de política cambiaria es el tipo de cambio real (TCR) y no el nominal (TCN); entendiendo por el primero la relación entre el TCN y un índice de precios de bienes o servicios no transables (IPNT) (salarios, energía, transporte, entre otros) y, por el segundo, las unidades de moneda doméstica (NS) por unidad de divisa externa (dólar). Como tal, el TCR puede bajar (apreciación) o subir (depreciación), reduciendo en el primer caso o aumentando en el segundo la competitividad, según las variaciones que se den en el numerador (TCN) o denominador (IPNT).

Además, es de suma relevancia en política económica distinguir entre tipo de cambio real de corto y largo plazo, pues es el segundo el que debe mirarse como orientador de la asignación de recursos e impulsor de las exportaciones. El TCR de largo plazo es una variable endógena, resulta de la configuración de otros factores reales de la economía, en lo fundamental: el flujo de capitales, los términos de intercambio y la apertura económica. En los últimos años, en el caso del Perú, los dos primeros han afectado hacia abajo y el tercero hacia arriba el TCR de largo plazo. El TCR de corto plazo es en gran medida determinado por la política fiscal y monetaria.

Teniendo presente estos conceptos, la autoridad monetaria, el Banco Central de Reserva, de cara al contexto actual puede actuar básicamente sobre el numerador en la fórmula del TCR, es decir, sobre el TCN, a través esencialmente de operaciones de mercado abierto (comprando dólares) o elevando los encajes a fin de congelar parte del flujo de dólares; no se trata de alterar la tendencia sino atenuar el alza y frenar cambios bruscos y alta volatilidad del dólar. El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) puede coadyuvar en esta acción, reduciendo el déficit y, mejor aún, generando superávit, por el efecto que tiene el gasto fiscal sobre el IPNT.

Pero, lo más efectivo, con visión de mediano-largo plazo para no perder competitividad, es actuar sobre el denominador de la fórmula del TCR, sobre los componentes del IPNT, buscando reducir los costos reales de producción, es decir, incrementar la productividad. Esta acción le corresponde realizarla tanto al sector privado en sus propias empresas como al Ejecutivo, en especial al MEF, actuando este último sobre todos los pilares o indicadores que consideran el Foro Económico Mundial (WEF) y el Doing Business del Banco Mundial. Con ello se puede lograr incrementar y luego mantener estable el TCR.

(*): Director ejecutivo del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Lima.

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