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lunes, 25 de octubre de 2010

25/10:PERÚ:EL BANCO LÍDER FRENTE A LOS CAPITALES GOLONDRINOS.

El por qué y qué hacer con los flujos de corto plazo
Alonso Segura Vasi (*)


En los últimos meses, se han observado volúmenes crecientes de capitales de corto plazo hacia el país, lo cual ha generado preocupación y motivado una intensa discusión.
A manera de ejemplo, la participación en la tenencia de bonos soberanos de parte de no residentes ha aumentado desde 19% en diciembre pasado, hasta 32%, actualmente.

Es necesario entender por qué se está produciendo un incremento en estos flujos, y qué tipo de problemas pueden generar en la economía, para comprender la racionalidad de medidas correctivas.

La recuperación de la crisis muestra comportamientos diferenciados entre las economías desarrolladas y las emergentes, como la peruana. Las primeras muestran una recuperación lenta y frágil, lo cual está llevando a que algunas de ellas, incluyendo la de EE.UU., evalúen una nueva ronda de estímulos monetarios cuantitativos. En términos sencillos, esto significa una mayor inyección de liquidez, en un entorno en el que las tasas de interés ya se encuentran en niveles históricamente bajos, y que se anticipa que continúen así por un período largo.

¿Hacia dónde podría dirigirse parte de esta mayor liquidez?

A instrumentos de inversión en emergentes como el Perú, que tienen mejores fundamentos económicos relativos tanto al pasado, como a las economías desarrolladas.

La fortaleza de la recuperación por nuestras latitudes ha tenido también por resultado que, en muchos casos, ya nos encontremos en un franco proceso de subida de tasas de interés, lo cual hace más rentables a dichas inversiones.

¿Por qué podría ser perjudicial para la economía que sigan incrementándose los flujos de corto plazo?

Si bien no siempre es así, estos flujos se tornan problemáticos cuando pueden generar desequilibrios macroeconómicos.
El efecto más conocido es la presión apreciatoria que llegan a desencadenar, resultando en un tipo de cambio por debajo del que se podría considerar de equilibrio, con efectos graves de pérdidas de competitividad en sectores exportadores.

Efectos alternativos a veces se manifiestan a través de booms crediticios por encima de lo que el crecimiento de la economía requiere.

La expansión de liquidez que se produce localmente, además, puede traducirse en presiones inflacionarias y burbujas en precios de activos.
Por último, a diferencia de los flujos de largo plazo, existen mayores riesgos de que estos flujos de corto plazo se reviertan sin previo aviso, con la volatilidad que ello genera.

En situaciones en que se anticipa este tipo de distorsiones, es cuando se evalúa la adopción de medidas de carácter macro-prudencial, que es lo que ha estado ocurriendo en el caso peruano.

El BCR ha incrementado sustancialmente el ritmo de acumulación de reservas vía compra de dólares en los últimos meses, esterilizando buena parte de estas compras.

Sin embargo, cuando esta herramienta es insuficiente, y cuando bajar tasas de interés para reducir la rentabilidad de estos flujos no es una opción, es que se requieren medidas complementarias de corte fiscal para apoyar los esfuerzos del lado monetario.

La reducción del gasto público permite mitigar el impulso en precios, particularmente no transables.

Adicionalmente, la búsqueda de metas fiscales más ambiciosas permite al Tesoro Público realizar mayores compras netas de dólares, compensando presiones apreciatorias.
Sería bueno tener noticias en ese frente.
Por último, están otras medidas de corte regulatorio/prudencial, algunas de las cuales, en el caso peruano, ya están siendo implementadas, mientras hay otras actualmente en discusión.
En estos casos, es importante una coordinación cercana MEF/BCR/SBS, así como tomar en consideración la retroalimentación que pudiese recibirse de los agentes del mercado.

Debemos tener en cuenta que el diseño de medidas regulatorias depende de las idiosincrasias de cada país, y en ese sentido, la experiencia internacional sirve solamente como referencia. También hay que recordar que la conveniencia o no de medidas específicas, tendrá que analizarse caso por caso, pues la evidencia histórica internacional sugiere que no necesariamente medidas de este tipo son siempre eficaces. Habrá que ir sopesando, también, las distorsiones que se busca corregir, frente a aquellas que pudieran generarse.

(*): Economista Jefe del Banco de Crédito.

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