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jueves, 21 de octubre de 2010

21/10: INVERSIONES DE LA CHINA EN AMÉRICA LATINA.

China-Latinoamérica: una oportunidad… ¿para quién? (*)

La presencia china en Latinoamérica es cada vez mayor. Desde hace tiempo estamos siendo testigos de la cantidad de operaciones que China hace en la región.
Se han firmado acuerdos de inversión y explotación con países productores de petróleo como Venezuela, México, Brasil, Colombia, Argentina, etc. Pero esas operaciones e incremento de las relaciones entre ambas economías, ¿son a largo plazo tan positivas como pueden parecer en un corto plazo?
Son varias las conclusiones que podemos sacar.
China se acerca a Latinoamérica en busca de materias primas y no solo las relacionadas con la energía y con la industria.
No cabe duda de que el objetivo de China es convertirse en una gran industria manufacturera y para ello necesita recursos.
A corto plazo, estas exportaciones de recursos por parte de Latinoamérica están permitiendo, entre otros factores, a países como Brasil apenas haber sufrido la recesión económica mundial.

China, por su parte, con grandes cantidades de dinero debido al continuo superávit comercial que mantiene con países como Estados Unidos, no tiene inconveniente en dedicarlos a la compra de recursos que pueda llevar a su territorio y así desarrollar una amplia industria manufacturera.
Tenemos a las dos partes con sus objetivos cubiertos entonces. Pero no es del todo así. Pensemos a futuro. Recursos como granos, cobre, soya, petróleo etc., viajan en grandes cantidades a China. China los utiliza para convertirlos en productos terminados, con un valor tecnológico cada vez más alto, con un coste bajo, lo que le permitirá venderlos posteriormente a precios muy competitivos. ¿Nos hemos preguntado dónde los vende/venderá China? Sin duda alguna, una importante cantidad de esos productos ya elaborados se venderán a países de Latinoamérica.

Consecuencia de lo anterior es una llamada de atención a países hasta hoy suministradores de recursos a China.
Se trata de que China también invierta en estos países en infraestructuras, industria, etc., que les permita a ellos competir con productos de alto valor añadido con otros países, incluido China.

Los países latinoamericanos deben adoptar estrategias de exportación de productos preferidos por el consumidor chino, que les haga incrementar sus ventas a ese país y por tanto equilibrar su balanza comercial.
La operación de la china Sinopec con Repsol en Brasil nos indica por dónde deben ir ahora las cosas. La fórmula de las joint ventures o alianzas entre empresas de ambos territorios permiten impulsar el comercio de ambos lados, apostar por la industria y llegar a conocer a un consumidor "poco conocido" en occidente: el consumidor chino. Es mucho lo que podemos aprender de estas fórmulas de cooperación empresarial. Cada parte aportará beneficios a la unión pero recibirá a cambio un know-how y un valor añadido que permitirá un acercamiento entre países tan diferentes, y no solo permitir que sea uno de ellos el que imponga las reglas al otro. Hasta ahora eso no ha ocurrido y la presencia china en Latinoamérica tiene todo su sentido, pero ¿será siempre así?

Solo una adecuada estrategia en estos momentos puede llevar a ambas economías a una cooperación a largo plazo.


(*): María del Pilar Galeote Muñoz: Directora de la Cátedra Cervelló - IE Law School.

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