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viernes, 27 de agosto de 2010

27/08:LIMA:S/.88 MIL MILLONES($31,47 MM.PRESUPUESTO PÚBLICO DEL PERÚ.

El día de hoy, el Gobierno está enviando al Congreso su proyecto de presupuesto para el próximo año, con un aumento del 8% con respecto al que se está ejecutando. Por tanto, en una década el gasto público habría pasado de 35 mil millones, en 2002, a los 88 mil millones de soles que están solicitando, un incremento de 151,43 % en sólo 10 años.

Sin embargo, todavía sufrimos de un descomunal déficit de infraestructura, que es nuestro peor cuello de botella, mientras la mitad de la población no tiene atención médica, la educación pública sigue siendo mala y nunca hemos tenido tal nivel de inseguridad ciudadana. ¿Adónde se habrá ido toda esa plata?

Lamentablemente, la inercia del gasto público es como una ola imparable si es que no se le pone el freno de exigirle resultados, lo cual no se ha implementado. Peor aún, no solo el Estado no se ha modernizado sino que, además, ha perdido a sus mejores cuadros con el absurdo tope a los salarios. Así que, sin duda alguna, una buena parte del enorme esfuerzo que hemos hecho todos los peruanos durante estos años, por mantener a esa monstruo insaciable que es el Estado, se ha desperdiciado.

Por otro lado, para financiarlo se han incrementado los impuestos, como el 19% del IGV, que era solo por 18 meses y ya lleva 8 años. Mientras la carga tributaria real para los pocos que tributamos ha aumentado, en un país de 29 millones de habitantes solo 15 mil contribuyentes en renta aportan el 89% de lo recaudado. En suma, tenemos impuestos europeos, pero servicios públicos africanos.

¿Qué riesgo corremos si dejamos que este monstruo siga creciendo? Bueno, aparte de la posibilidad de quebrarnos a todos en la próxima crisis externa, ya que no tendría el fisco ninguna reserva para protegernos, también está la amenaza de pasar a un nivel de corrupción generalizado –a lo México del PRI– con un Estado ineficiente y poco transparente, pero lleno de dinero. Lo que corresponde hacer ahora es una pausa en el crecimiento del presupuesto y mejorar la calidad del gasto, así como reformar al Estado.

Por ello, le corresponde al Congreso darle al país la seguridad de seguir disfrutando de estabilidad y no arriesgarla por un ansia electoral. Con una economía creciendo al 7%, no se justifica que la inversión y el consumo público sigan desbocados, así que se debe reducir el presupuesto a un aumento no mayor al 2-3% y con un déficit fiscal de cero.

(PUNTO DE VISTA DEL DIRECTOR DEL DIARIO "PERÚ.21", ECONOMISTA FRITZ DUBOIS).

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